El cardenal español Fernando Sebastián Aguilar, uno de los que el Papa acaba de designar, ha generado gran polémica en España: calificó la homosexualidad de “deficiencia” y aseguró que debe recibir “tratamiento”, informó la agencia DPA. “Eso no es un ultraje para nadie. En nuestro cuerpo tenemos muchas deficiencias”, añadió.
¿A contramano?
“¿Quién soy yo para juzgarlos?”, había dicho hace unos meses el papa Francisco sobre los homosexuales. Pero el cardenal Aguilar hizo de esas palabras su propia interpretación: “una cosa es manifestar acogida y afecto a una persona homosexual y otra, justificar moralmente el ejercicio de la homosexualidad”, señaló. E insistió: “con todo respeto, digo que la homosexualidad es una manera deficiente de manifestar la sexualidad, porque esta tiene una estructura y un fin, que es la procreación”.
Asociaciones de homosexuales pidieron que la Fiscalía General actúe contra el prelado, por atentar contra los derechos fundamentales y constitucionales a la dignidad y a la no discriminación. Confían, además, en que el papa Francisco “lo llame al orden”.
El Partido Socialista lo acusó, por su parte, de homofobia y de fomentar la discriminación. Concretamente, la dirigente María Gámez aseguró que las declaraciones del cardenal no se condicen con “los vientos de cambio que soplan, en apariencia, desde el Vaticano”.
“El propio Papa parecía alejado de estas tesis retrógradas, insultantes, anticonstitucionales”, añadió.